La matemática en los Juegos Olímpicos: Mejorando el rendimiento y apoyando a un equipo de nadadoras

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Las representantes de los Estados Unidos contaron con apoyo académico en su participación en el torneo internacional. Quién es la competidora que también publica papers científicos

Los Juegos Olímpicos de París 2024 se están desarrollando en París y finalizarán el 11 de agosto. Los nadadores que representan a los Estados Unidos cosecharon 28 medallas, ocho de ellas de oro.

Este no es un dato de por sí extraordinario para un país con alta performance en estas competencias, pero hay un dato poco conocido que explica, en parte, el destacado rendimiento del equipo de nadadoresestadounidense. Se trata de una disciplina científica, que contribuyó con ese resultado: la matemática.

Los resultados se han conseguido con el apoyo de Ken Ono, un matemático de la Universidad de Virginiaen Charlottesville. El experto trabajó durante años con estudiantes que forman parte del equipo de natación de la universidad y ha desarrollado técnicas para controlar los movimientos finos del cuerpo en la piscina.

Con su colaborador Jerry Lu, que trabaja en el Laboratorio de Deportes del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, el doctor Ono creó modelos tridimensionales de los deportistas y luego los pequeños cambios que permiten reducir valiosas fracciones de segundo en cada brazada.

Ono, que habitualmente investiga problemas de teoría de números, viajó a París como consultor del equipo. “Les ayudamos a nadar un poco más eficientemente con un entrenamiento de precisión, utilizando tecnología ponible para optimizar al individuo en las pruebas que elija. Identificamos objetivos de oportunidad que pueden mejorar su rendimiento y que se han deducido científicamente”, dijo el matemático a la revista Nature.

Colaborar con el equipo “es una oportunidad para explicar y poner de relieve de forma muy clara el papel que desempeña la ciencia en todo lo que es humano y todo lo que podemos observar”, aclaró.

Cuando empezó a aplicar la matemática a la natación, se trataba básicamente de un experimento semestral en la universidad. Pero cuando algunos de esos estudiantes deportistas se convirtieron en talentos de nivel nacional e internacional, hubo entrenadores de muy alto nivel que empezaron a fijarse en ellos, incluido el cuerpo técnico del equipo nacional estadounidense.

“En la natación existen importantes obstáculos de ingeniería. Cuando un deportista nada en una piscina, el agua se interpone en su camino. Hay que ajustar los dispositivos electrónicos para que funcionen en el agua”, dijo.

A partir de su trabajo con deportistas, también se modificó su desempeño académico. “Es que hay sed de nuevas aplicaciones de las matemáticas y la ciencia más allá de lo que la gente considera tradicionalmente matemáticas. Esto nos ofrece a mí y a mi comunidad de matemáticos de todo el mundo una nueva plataforma. Por mucho que queramos hablar del programa de Langlands, o de la hipótesis de Riemann, en cierto modo todos estamos estudiando distribuciones de probabilidad o fenómenos matemáticos, pero solo que en entornos diferentes. Eso me gusta”, afirmó.

El programa de Langlands es una red de conjeturas influyentes y de gran alcance sobre las conexiones entre la teoría de números y la geometría.

El uso de la matemática en natación podría también producir más cambios en el futuro. Opinó que “dentro de 10 o 20 años, la braza, la mariposa, el estilo libre y la espalda tendrán para el observador casual el mismo aspecto que tienen hoy. Pero los tiempos seguirán siendo más rápidos”.

En marzo pasado, el doctor Ono y sus colegas publicaron un artículo en la revista The Mathematical Intelligencer. La primera autora, que estudió estadística en la Universidad de Virginia, fue precisamente una de las nadadoras que compitió en los Juegos en París: Kate Douglass. Ella ganó 3 medallas.

Vía Infobae

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