Hábitos de Autocuidado: Preparando a los Pequeños para el Futuro
Inculcar hábitos de autocuidado desde la niñez fortalece la autonomía y prepara a las niñas y niños para enfrentar desafíos futuros con mayor resiliencia
Parte del bienestar integral de una persona se encuentra en la forma que tiene cuidado de sí misma. Cuidar a alguien es visto como un acto de amor y aprecio por los otros, sin embargo, es poco común considerarlo como una práctica de autogestión. Pese a ello, cuidarse a uno mismo tiene grandes impactos en la salud mental y física de las personas, por lo que es importante fomentar estas prácticas.
Cuando una persona tiene autocuidado se mejora la percepción personal de cada individuo, ya que se logra una mejor valoración propia y por ende, existe una mayor satisfacción con su apariencia y bienestar general, lo que refuerza la autoestima, la confianza y la autocompasión.
El bienestar emocional y social también es clave para el éxito académico y profesional. De acuerdo con la Universidad La Salle, múltiples investigaciones afirman que los estudiantes que practican el autocuidado son más resilientes, manejan mejor el estrés y están más preparados para enfrentar los desafíos de la vida adulta. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que entre el 10 y el 20% de los adolescentes tienen problemas de salud mental, pero la mayoría no son diagnosticados ni tratados adecuadamente.
Qué es el autocuidado
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el autocuidado es una práctica esencialque promueve la salud física y mental, permitiendo a las personas manejar adecuadamente el estrés y mantener un equilibrio en sus vidas. En el caso de las niñas y niños, inculcar hábitos de autocuidado desde temprana edad puede tener beneficios duraderos, ayudándoles a desarrollar una mayor conciencia sobre sus propias necesidades y bienestar a medida que crecen.
El organismo internacional señala en su Guía práctica de autocuidado que fomentar el autocuidado desde la infancia no solo contribuye a la formación de hábitos saludables, sino que también fortalece la autoestima y la capacidad de resiliencia. “Los niños que aprenden a cuidar de sí mismos desde pequeños son más propensos a desarrollar una actitud positiva hacia la vida, lo que puede prevenir problemas emocionalesy físicos en la edad adulta”.
Además, enseñar a los menores sobre la importancia del autocuidado puede crear una generación más consciente y responsable. Los hábitos aprendidos en la niñez tienden a perdurar, y al promover el autocuidado, se estará invirtiendo en un futuro con individuos más equilibrados y capaces de enfrentar los desafíos con mayor fortaleza y optimismo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que este concepto incluye varias dimensiones, cada una con componentes específicos que ayudan a lograr un equilibrio diario.
En el ámbito físico, se involucran hábitos como tener una alimentación saludable, realizar ejercicio de manera regular, asegurar un descanso adecuado, y programar visitas preventivas al médico. El autocuidado mental implica actividades que estimulan la mente, como lalectura, la meditación y el aprendizaje continuo. Además, es importante practicar técnicas de manejo del estrés para enfrentar los desafíos diarios de manera efectiva.
En cuanto al cuidado emocional, implicar tener la capacidad de reconocer y gestionar las emociones. En este sentido, es necesario expresar los sentimientos y buscar apoyo social cuando sea necesario para fortalecer este componente del bienestar. Iniciativas como la que Ticmas propone sobre la Huela Emocional permiten a los niños reconocer cuáles son sus emociones y cómo gestionarlas.
En el ámbito social, el autocuidado se centra en mantener relaciones saludables y significativas.Esto puede lograrse pasando tiempo con amigos y familiares, participando en actividades comunitarias y cultivando redes de apoyo que contribuyan al bienestar emocional.
Cómo fomentar el autocuidado en niños y niñas
El autocuidado es fundamental en la prevención de enfermedades y el fomento del bienestar general. Al integrar estas prácticas en la vida diaria, se mejora la calidad de vida y la productividad, y se reduce el estrés y la ansiedad. De acuerdo con un artículo de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el autocuidado permite mejorar la autoimagen, refuerza la confianza y permite reducir la autocrítica.
Para lograr un hábito de autocuidado es necesario comenzar a tener prácticas saludables, dedicar tiempo a la reflexión personal y cambiar pensamientos negativos por afirmaciones positivas, así como mantener relaciones positivas y rodearse de personas que brinden apoyo y valoración. Promover el autocuidado desde la niñez es esencial para un desarrollo integral y a largo plazo.
A continuación se desglosan algunas prácticas de autocuidado, recomendadas por el Unicef, para comenzar a fomentar desde la niñez
Salud Física
- Rutinas de Higiene Personal: Enseñar a los niños la importancia de hábitos como lavarse las manos y cepillarse los dientes de forma divertida.
- Alimentación Saludable: Involucrar a los niños en la elección y preparación de alimentos nutritivos.
- Actividad Física: Fomentar la participación en juegos y deportes que disfruten.
Salud Emocional
- Fortalecimiento de la Autoestima: Elogiar los logros y esfuerzos, ayudando a los niños a reconocer sus fortalezas.
- Manejo de Emociones: Enseñar a identificar y expresar sentimientos de manera apropiada.
- Fomento de la Resiliencia: Ayudar a ver los obstáculos como oportunidades para el crecimiento.
Autonomía y Responsabilidad
- Gradual Autonomía: Dar responsabilidades acorde a su edad.
- Establecimiento de Límites: Enseñar a decir “no” en situaciones que les incomodan.
- Ejemplo a Seguir: Modelar prácticas de autocuidado.
Vía Infobae